En esta ocasión nos volvíamos a encontrar con una situación similar a la de la sesión anterior: la princesa se ha escapado, hay que encontrarla y las pistas nos llevan de nuevo a la casa del general castellano y cultista krakenita.
Falsa alarma la chica solo quería recoger su equipo de aventurera (como no podía ser de otra manera, la princesa resulta ser una Lara Croft en potencia) y todos felices y contentos volvemos a la base donde nos mandan a nuestra siguiente misión: robar un reloj de arena (objeto de culto pagano) de la abadía que visitáramos en la sesión anterior.
Así que con nocturnidad y alebosía nos infiltramos en los aposentos del Abad (¿o era cardenal?) para robarle el objeto. Finalmente encontramos el dichoso reloj y además una daga sinuosa y una biblia pagana... más de lo que mi personaje puede aguantar sin que le salte la neura, así que decide asesinar a tan ilustre persona y escribir una advertencia con su sangre en la pared, todo siempre siguiendo los consejos de mi terapeuta claro (jeje).
Así la partida quedó pendiente de que acudamos a una reunión de alta sociedad con el rey de castilla y otros notables para robar un colgante necesario para el ritual. Somos unos angelitos :)